domingo, 24 de mayo de 2015

Motivacion

• A veces, el paso más pequeño en la dirección correcta, te lleva al éxito.
• Para poder seguir, a veces hay que empezar de nuevo.
• Hoy voy a tener un buen día.
• Hoy es el día perfecto para sonreír.
• Si no luchas por nada, no ganarás nada.
• Has superado la semana X, este fin de semana me merezco un premio (no relacionado con la comida).
• Todo parece imposible hasta que se hace (Nelson Mandela)
• En la vida, como en la fotografía, hay que pasar los negativos a positivos.
• Tú puedes con todo.
• No se trata de dónde estés, sino de a dónde quieres llegar.
• Nada cambia si no cambias nada.
• Si te equivocas, enhorabuena. Es porque  lo has intentado.
• Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
• Tienes el potencial de hacer cosas increíbles. Sí, tú.
• No puedes cambiar lo que sucede a tu alrededor hasta que no empieces a cambiarte a ti mism@.
• No te olvides de enamorarte de ti mism@ antes que de otro.
• Sé la mejor versión de ti mism@.
• Si puedes soñarlo, puedes hacerlo (Walt Disney).
• No cuentes los días, haz que los días cuenten.

sábado, 16 de mayo de 2015

‪#‎CantoAMiMismo‬ ‪#‎WaltWhitman‬

XLVI
Lo mejor del tiempo y del espacio es mío,
del tiempo y del espacio que nunca se han medido,
del tiempo y del espacio que nadie medirá.
Marcho por un camino perpetuo. (Escuchadme todos).
Mis señas son un capote de lluvia,
zapatos recios y un báculo que he cortado en el bosque.
Ningún amigo mío se sentará en mi silla.
Yo no tengo silla, ni iglesia, ni filosofía;
yo no conduzco a los hombres
ni al casino
ni a la biblioteca
ni a la Bolsa……
Los llevo hacia aquellas cumbres altas.
Mi mano izquierda te tomará por la cintura,
con la derecha te mostraré paisajes del continente y del camino abierto.
Nadie, ni yo, ni nadie, puede andar este camino por ti,
tú mismo has de recorrerlo.
No está lejos, está a tu alcance.
Tal vez estás en él sin saberlo, desde que naciste,
acaso lo encuentres de improviso en la tierra o en el mar.
Echate el hato al hombro,
yo cargaré con el mío…… Vámonos.
Ciudades magníficas y naciones libres hallaremos en nuestra ruta.
Si te cansas, dame tu carga y apóyate en mi hombro.
Más tarde harás tú lo mismo por mí……
Porque una vez que partamos, ya no podremos detenernos.
Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos apretados de luminarias
y le dije a mi espíritu: Cuando conozcamos todos estos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas
que contienen, ¿estaremos ya tranquilos y satisfechos?
Y mi espíritu dijo:
No, ganaremos esas alturas sólo para continuar adelante.
Tú también me haces preguntas y yo te escucho.
Y te digo que no tengo respuesta,
que la respuesta has de encontrarla tú solo.
Siéntate un momento, hijo mío.
Aquí tienes pan, como,
y leche, bebe.
Pero después que hayas dormido y renovado tus vestidos, te besaré, te diré adiós y te abriré la puerta para
que salgas de nuevo.
Largo tiempo has soñado sueños despreciables.
Ven, que te limpie los ojos…..
y acostúmbrate ya al resplandor de la luz.
Largo tiempo has chapoteado a la orilla, agarrado a un madero.
Ahora tienes que ser un nadador intrépido.
Aventúrate en alta mar, flota,
mírame confiado
y arremete contra la ola.

miércoles, 13 de mayo de 2015

No deconfio,ni espero.

Apareciste en un frasco cuando papá te trajo del patio y me pregunto si entrabas en mi valija. Tuviste mejor suerte que las semillas que quedaron en el aeropuerto. No es que haya negado tu compañía, solo omití mencionar que venías conmigo. Nadie iba a sospechar que te traía adentro de una bota de lluvia. Creo que no hubiese podido especificar en ingles si sos una flor, una fruta o solo un níspero.
Te pusieron en la ventana del comedor sin esperanza alguna de que crecieras y ahí te volviste mi causa. Siempre fui buena defendiendo sinsentidos. Te tenía que cuidar por ser, de una manera que no tengo decidida, un pedazo mío.
Sobreviviste todo el invierno. Te dieron tu tierra local y hasta una maceta. Te di besos pensando en mi familia. Hoy me toca verte ascender al patio, si es que eso significa algo. Me da un poco de orgullo y me atrevo a anotarlo como un triunfo.
Mantenés tu estilo original, esa hojita que nació allá en de casa y esa ramita que parece que se quiebra a la primera brisa. Es como si defendieras tu origen aunque nadie lo esté atacando. Me caes bien. Tenés tres brotecitos y creo que uno es el tallo. Supongo que es algo bueno. Para mi significa un crecimiento interior, no sé si tuyo.
Puedo resumir las ideas que me trasmitís en que, tal vez, todos cuando viajamos nos llevamos nuestra raíz para nutrirla de nuevas culturas. Aunque vos no vas a volver, ni elegiste venir y ahí se me desdibuja la teoría. No sé por qué te escribo.
Necesitando sol y agua, con una primavera en flor, sospecho que me estás haciendo trampa en esto de avanzar dentro de una nueva experiencia y ahora no me caes tan bien. Pareces gritarme que tan difícil no es… Llegamos con objetivos distintos, este es tu nuevo hogar y yo, digamos, que estoy de paso y hablando con un níspero.
Apenas se te ve en tu nueva maceta de exterior y me genera cierta intriga saber de cuánto de tu crecimiento voy a ser testigo. Cuando des tu primer fruto, ¿dónde estaremos? Supongo que es una pregunta muy filosófica para hacerle a algo que capaz de flores.
No desconfío de que llegues a árbol o arbusto, lo que sea que corresponda. Vos lo sabrás mejor, se te ve bien manejando tu destino. No espero tener la misma suerte, no porque no me crea capaz de echar raíces sino porque no decido todavía en que tierra.

La roca


Sin intención, antes de endurecerme
quedaron atrapados elementos ajenos
en mí. No hay dos mitades iguales.
Mientras más duro
menos probable el deformarse,
pienso.

Comienzo a sentir esa pesadez
otra vez, me está venciendo.
¿De qué me sirve una coraza
 si el dolor es su ruptura?

Puedo oír en el latido
bajo esta roca la música
de perder anhelos y vivir
para recordarlos.


El tiempo me fue erosionando,
víctima de una tormenta.
Nunca he logrado cambios,
a veces soy lo que de mi esperan
otras, grotescamente diferente.


Ella ciega, me esculpe.
Podía volver
a la vida a través de sus manos.
Quedó nuestro amor, destruido.



Me transformo
en mi propia piedra,
recupero un pedazo de humanidad.
Tengo que dejarte, me espera una nueva batalla

jueves, 30 de abril de 2015

Desespera



Siempre fui una morocha imponente, se lo cuento con humildad. Los más cercanos me  dicen Mono, no me desconfíe que sea por mi apellido. Usted, si está más cómodo, me puede decir Poro.
Una mala decisión me llevó a esta vejez impensada. Desde esa noche dependí para siempre de los demás.
Había sido enfermera. Ahí en el hospital me enseñaron a leer y  escribir. Siempre fui un arado. Me iba temprano a trabajar y cuando volvía me ocupaba de las emergencias del barrio. Era mi manera de agradecer que me cuidaran a los chicos. Vivía apurada y eso es lo único que no cambió.
Mi urgencia hoy es  llegar a la noche con la ilusión de no empezar un nuevo día. Suena a deseo triste. Sin embargo, siempre me despierto. Me gasté las lágrimas en imposibles y ahora se me acumula la angustia.
Me visto con una lentitud que  me resulta ajena. Usando la mano que quedó sana. En una coreografía, que nada tiene que ver con mis épocas de milongas, guardo un pañuelo en la manga. Abro la persiana, busco el bastón al lado de la mesita de luz y empiezo mi largo camino a la cocina.
Aunque acelere el paso ya casi no escucho mi ritmo al andar. Si  me hubieran apostado que mi taconeo firme se transformaría en este gastado tac-tac, nunca hubiese ganado un peso. Nunca lo hice tampoco.
Pongo la pava, más azúcar al mate y tomo dos o tres lavados. Rápido arrastro “la chueca” a mi trono. El sillón me espera. Arriesgo, aquí y ahora ante usted, que ese pedazo de mimbre es el único que lo hace.
Me siento a mirar la calle disimulando mis pensares. La vereda, por momentos, es ese pasillo de guardia que conocía como la palma de mi mano. Ladran los perros de la cuadra y me devuelven a la realidad. Ya no valgo nada.
Cada tanto me paro para ver mejor, me acomodo y vuelvo a perderme en ese paisaje que no está igual que ayer, como yo. Se pasa  el tiempo lento entre mates, visitas por las que disimulo interés y noticias en la radio que ya no escucho.
Estoy aburrida en esta quietud, más que nada nostálgica. Sentir soledad acompañada es triste, ¿no cree?
Me dedico a esperar y, para mi desgracia, soy bastante buena en lo que hago.
Si Dios quiere, mañana será otro día, otra vez. No sé cuándo me va a dejar de querer tanto.
El silencio de la madrugada me incomoda, no es como el que escuchaba en mi trabajo. Este es inútil, casi tanto como yo. Me siento atrapada por la oscuridad y, a veces, no puedo evitar los gritos. Me invade el miedo. Recibo alguna agotada respuesta desde otra habitación y me tranquilizo. No estoy sola. Vuelvo a dormir.

No se entristezca, vivo día a día sabiendo que mi único amor tiene un lugar para mí, allá donde quiera que esté. Sigo confiando en él. Viejo, ¿qué espera?

sábado, 25 de abril de 2015

Restaurando mi letra

Desde chica la escritura fue ese lugar secreto donde dejar libres los pensamientos.
Eso que no se le dice a los grandes, porque están muy ocupados siendo grandes,tenia que salir hacia algún lugar y los renglones fueron grandes contenedores de los estados mas diversos.
 Una mala decisión,pensándola desde un hoy diferente,tal vez una equivocada vergüenza,me llevo a no dejar rastros de esa época. O eso creo...
Se me aparece el recuerdo de estar sentada en una camioneta que fue parte de mi familia,con mis hojas apoyadas en el volante y mi mano dolorida de escribir. Mi mejor escritorio apostaría. En esta memoria el día es frío,el cielo gris y el espacio elegido solitario y seguro. Puede que nada de eso sea real pero seria un buen comienzo para una historia.
Los intereses de la adolescencia me alejaron de la escritura,malas experiencias, gente que no encuentra la salida de emergencia en su nariz.
De alguna manera esto de apretar la lapicera siempre estuvo ahí, tener un papel cerca me hacia/hace sentir menos sola, cualquier idea, frase, sonido o sensación se puede compartir y tomar vida en un mundo de infinitas posibilidades.
El hecho de estar lejos de casa,en una cultura diferente me llevo a volver a agarrar un cuaderno y fluir.
Sentí la sangre correr cada vez con mas fuerza,la necesidad de perderme en la historia de algún libro, incluso leer en otro idioma y escribir...sin saber por ni para que,escribir solo por hacerlo.
Hoy mientras jugaba con las propuestas de un libro sobre escritura me atrapo  la mirada mi letra. Hacia tiempo la notaba tosca y apurada. Poco definida,insegura. Hoy volví a ver mi letra de cuando era chica pero madura. Algo de locura debe haber en esto, no me niego.
Puedo filosofar diciendo que me encontré como mujer mientras reflexionaba sobre lo que me hacia sentir un poema o simplemente admitir que extrañaba este vicio mas de lo que se puede describir acá. 
Vuelvo a darle la mano a mi vieja compañia y me permito registrar todo lo que pasa por mis sentidos, dejarlo ahí sin miedo a que sea leído, hasta este impulso de compartirlo,lo releo,lo edito, me rio, reflexiono y aprendo de mi lo que tanto buscaba afuera.
Me restauro...

¡ Bienvenidos al proceso !